- Pon una
cucharada de harina en un plato y pasa uno de tus cabellos; si se ensucia,
quiere decir que tienes las cutículas levantadas, pero si se encuentra
casi limpio, ¡felicidades!, tu cabello está sano.
- Coge un
pelo desde la raíz con tu pulgar e índice, y con la otra mano desliza los
mismos dedos desde arriba hasta la punta, ¡debe sentirse suave! Repítelo
de la punta hacia la raíz, si sientes áspero y escuchas un rechinido es
porque tu cabello se encuentra maltratado.
- Arranca un cabello desde la raíz, tómalo con fuerza y desliza tus dedos sobre él; si se rompe es porque está dañado, pero si forma un espiral o se riza un poco, ¡lo tienes sano! Para descubrir qué tanto, ponlo en agua y checa:
- Si toma
su forma original en menos de un minuto = cabello sano.
- Si recupera
su forma original en más
de un minuto = tu cabello perdió algunas propiedades elásticas.
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